Llega el otoño, no es una buena época para las personas con dolores articulares. Porque con el inicio de la época fría, en muchos afectados los dolores en las articulaciones empeoran.
Los dolores articulares suelen aparecer en la rodilla y la cadera, pero también el codo y los dedos son focos frecuentes de dolor. Muchos afectados reportan que sus dolores articulares se intensifican en otoño, ¡y eso no es una ilusión! Si ya hay signos de desgaste en una o varias articulaciones, las molestias suelen empeorar con el clima frío y húmedo.
Detrás de este fenómeno hay muchos factores posibles. Está científicamente comprobada la relación entre la intensidad del dolor y los cambios bruscos de tiempo de un sistema de alta presión a uno de baja presión, que generalmente van acompañados de una caída de la presión atmosférica, disminución de la temperatura del aire y aumento de la humedad. Sin embargo, aún no se ha podido responder científicamente por qué la humedad y el frío afectan especialmente a las articulaciones. Se sospecha que los cambios climáticos, por un lado, irritan los receptores del dolor y, por otro, las articulaciones inflamadas pueden hincharse con la disminución de la presión atmosférica.
Aunque las influencias climáticas no son causa de enfermedades, atacan las zonas del cuerpo que ya están debilitadas. Además, a más de uno le afecta psicológicamente la falta de luz en la época gris del año, lo que también puede manifestarse físicamente.
Muchas personas tienden además, en la época fría y oscura del año, a caer en un modo de protección. El otoño se asocia a menudo con el tiempo de soltar y relajarse. Un tiempo de descanso y retiro. ¡Al menos a nivel físico, se debería intentar evitar esto! Es importante mantener los músculos activos. Esto asegura una buena circulación y el intercambio de nutrientes, también en las articulaciones. Las articulaciones que no se mueven lo suficiente sufren de una falta de nutrientes. Además, los desechos no se eliminan adecuadamente. La natación y la gimnasia acuática son deportes suaves que se pueden practicar muy bien también en la época fría del año. También los paseos regulares pueden ser especialmente beneficiosos en otoño e invierno.